En 2021 la industria eólica disfrutó del segundo mejor año de su historia, con casi 94 GW de capacidad añadida en todo el mundo, según el informe anual de Global Wind Energy Council (GWEC), publicado días atrás. A pesar del fuerte crecimiento, este organismo internacional -que nuclea a las empresas del sector- considera que es fundamental que se cuadrupliquen las instalaciones eólicas desde ahora hasta finales de esta década si se quiere alcanzar la meta de descarbonización. Para ello, advierte, se requiere “de un importante impulso político”. Solo así podrá lograrse el objetivo asumido de cero emisiones netas de carbono, o Net Zero, para 2050.

Esta conclusión coincide con el nuevo informe publicado por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de Naciones Unidas, que ha pedido cambios radicales e inmediatos para evitar un calentamiento “catastrófico”. Al presentar el reporte de IPCC, António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, llamó a que los gobiernos reevalúen sus políticas energéticas porque, de lo contrario, “el mundo será inhabitable”. Los científicos piden que se abandonen cuanto antes los combustibles fósiles; hacer reducciones muy profundas -en algunos casos del 100%- del uso del carbón, el petróleo y el gas para 2050, y atender a la alternativa más clara: las energías renovables.
La actualidad mundial del sector eólico, en números
Como se ha dicho, según el informe anual de GWEC, el sector eólico global registró su segundo mejor año con 93,6 GW, que lleva la capacidad total acumulada de energía eólica a 837 GW. El crecimiento interanual ha sido, de esta manera, del 12%, a pesar de ser el segundo año de la pandemia. Esta cifra es tan solo un 1,8% inferior a la tasa de crecimiento interanual de la energía eólica en 2020, clara señal -conforme resalta GWEC- de la increíble resiliencia y de la proyección al alza de la industria eólica global, que vio ralentizada la puesta en marcha de proyectos en mercados como Estados Unidos, India y Taiwán por el impacto de la pandemia.
Los dos mayores mercados del mundo, China y Estados Unidos, instalaron menos capacidad eólica terrestre el año pasado (30,7 GW y 12,7 GW respectivamente), pero otras regiones tuvieron años récord: Europa, América Latina, África y Oriente Medio aumentaron sus instalaciones terrestres en un 19 %, 27 % y 120 %, respectivamente.
El mercado de energía eólica marina, mientras tanto, tuvo en 2021 el mejor año de su historia gracias a la puesta en marcha de 21,1 GW, el triple que el año anterior, con China como gran impulsor. Las instalaciones marinas en este país, de hecho, representaron el 80 % de ese crecimiento, lo que significa que ya ha superado a Reino Unido como mayor mercado eólico marino del mundo.
Precisa además GWEC que la capacidad licitada aumentó un 153% respecto a 2020, con 88 GW adjudicados en todo el globo, señal de que el aumento del despliegue eólico es una estrategia clave para muchos países. La eólica terrestre representa 69 GW (el 78%) de esa cifra; la marina, 19 GW (o sea, el 22 %).
Pronósticos de GWEC
El organismo estima que, a mediano plazo, el crecimiento de las instalaciones eólicas para los próximos cinco años será del 6,6 %, lo que equivale a una previsión de 557 GW de instalaciones entre 2022 y 2026. Sin embargo, a pesar de dos años consecutivos récord, esto “simplemente no es suficiente” para mantener el rumbo de cero emisiones para 2050, según Ben Backwell, director ejecutivo de GWEC. No está creciendo lo suficientemente rápido ni lo suficientemente extendido como para llevar a cabo una transición energética global segura y sostenible.
Al ritmo actual, la entidad pronostica que para 2030 habrá menos de dos tercios de la capacidad de energía eólica requerida para cero emisiones netas. “Es necesario multiplicar por cuatro las nuevas instalaciones de energía eólica en esta década para mantener el rumbo hacia un mundo que mantenga los niveles de calentamiento global por debajo de 1,5 °C”, alerta el reporte anual de GWEC en pos de cumplir con las metas climáticas y, asimismo, lograr la seguridad energética.
Llamado a la acción
La Cámara Eólica Argentina (CEA) concuerda con que alcanzar estos objetivos exige “un enfoque nuevo y más proactivo para la formulación de políticas en todo el mundo”, como ha manifestado Backwell. A su vez, el director de GWEC ha añadido: “Abordar de manera decisiva cuestiones como los permisos y la planificación desbloqueará el crecimiento económico y creará millones de empleos, al tiempo que permitirá un rápido progreso en nuestros objetivos climáticos. Sin embargo, si continuamos con negocios como de costumbre, perderemos esta oportunidad única”.
En línea con estas conclusiones, está la declaración de Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, que exhortó a “dejar de quemar nuestro planeta y empezar a invertir en las abundantes energías renovables que nos rodean”. Además de llamar a abandonar los combustibles fósiles, los expertos climáticos de IPCC han hecho hincapié en que la alternativa más clara son las energías renovables. Ejemplo de que la transición energética es posible, acorde a sus señalamientos, es cómo ha habido disminuciones sostenidas de hasta el 85% en los costes de la energía eólica y solar desde 2010.
En lo que se lee como un ultimátum científico, los expertos de Naciones Unidos declararon que, para cumplir con el Acuerdo de París, se necesitan reducciones muy profundas -en algunos casos del 100%- del uso del carbón, el petróleo y el gas para 2050. Se señala, por ejemplo, que la eliminación de las ayudas públicas a estos combustibles lograría por sí misma una reducción del 10% de las emisiones mundiales para 2030.