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LA IMPORTANCIA DE LA COMPLEMENTARIEDAD ENERGÉTICA

Se ha instalado un falso dilema que opone las energías renovables con la explotación de gas para usinas térmicas. Una visión superadora implica el trabajo conjunto entre ambos recursos.

Hay suficiente consenso en el sector para señalar que la matriz energética argentina está dando los primeros pasos de transformación gracias al aprovechamiento de nuevas fuentes. En esencia, energías renovables y los hidrocarburos no convencionales juegan un papel central como nunca antes sucedió en el país.


Sin embargo, hace unos años y en el contexto del desarrollo en paralelo de ambos sectores se generó un debate en el sector energético a partir de la supuesta contradicción que implicaba diseñar la matriz energética con las dos fuentes de producción. Se planteaba erróneamente la imposibilidad de capturar un mercado doméstico limitado y en menor medida la dificultad de atraer las inversiones necesarias para el desarrollo de ambas en simultáneo.


Hoy sabemos que el abordaje conjunto constituye una oportunidad única que no debemos desaprovechar porque nos garantiza la disponibilidad de una matriz diversificada, accesible, limpia y sustentable, con potencial de generar divisas, mejorar las cuentas fiscales y promover un crecimiento de largo plazo.


La complementariedad entre los objetivos de obtener gas natural a precios convenientes, sustituyendo combustibles líquidos en el mercado doméstico y abriendo nuevos mercados de exportación, y el de diversificar la matriz energética con renovables, cobra vigencia en un contexto donde se registran altos costos de acumulación y un acotado alcance de los intercambios transfronterizos.



“Creemos en un futuro energético del país en el cual tanto el gas como las energías renovables juegan un rol muy importante dentro de la distribución de la matriz energética completa. Vemos que las energías renovables en cuanto a la sostenibilidad y las emisiones son la solución a largo plazo pero hasta que no tengamos la capacidad de suministrar energía de base, se precisa de la energía térmica para poder complementarse. Y en este caso el gas, dentro de las energías térmicas, es de las menos contaminantes y más eficientes”, señaló Héctor Ruiz Moreno gerente general de la CEA.



El camino a transitar entre una economía basada en los combustibles fósiles y aquella soportada por energías limpias y renovables se conoce como transición energética. Desde el punto de vista técnico algunos especialistas sostienen que el desarrollo de las energías renovables requiere como condición la complementación con alguna forma de energía que pueda operar como respaldo. A esta energía se la denomina carrier.


Noruega, Suecia y Dinamarca, por ejemplo, utilizan a la energía hidráulica como carrier. Los Estados Unidos lleva adelante el reemplazo del carbón por gas natural. Alemania desarrolla su proceso de transición mediante la utilización de carbón, gas natural y energía nuclear (en forma decreciente) como vehículos de introducción de las energías renovables. El gas natural puede ser ese carrier en el caso argentino.


La ley 27.191 estableció como objetivo lograr un incremento progresivo en la participación de las fuentes de energía renovable en la matriz eléctrica hasta alcanzar el 20% al año 2025. De esta manera, el desarrollo de las energías renovables en Argentina constituye una realidad en el que industrias, rutas y puertos dan cuenta de la movilización de recursos humanos y materiales inherente a su despliegue a lo largo de todo el territorio.


Hoy se puede observar que no ha servido instalar el dilema entre energías renovables o térmicas basadas en el gas. Se sabe que en la medida que el país disponga de más energías renovables, más beneficios va a tener el gas porque va a poder generar exportaciones y divisas para el país.

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