Desde Noticias CEA conversamos con Gustavo Castagnino, vicepresidente de la Cámara Eólica Argentina, quien asistió a la COP 26 en Glasgow y analizó a fondo los resultados de la convención climática más importante a nivel mundial.
La Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático llega a su fin luego de dos semanas de intensas reuniones, conferencias, debates y acuerdos entre los principales actores políticos, sociales y económicos del mundo.
La Cámara Eólica Argentina se hizo presente en Glasgow, Escocia, como filial de GWEC junto con las demás asociaciones de todo el mundo que conforman el Consejo. En el stand de la organización se desarrollaron eventos, reuniones con funcionarios y hubo paneles todos los días relacionados a la energía eólica donde se discutieron temáticas como hidrógeno verde, parques offshore, financiamiento, entre otras.
El evento contó con la presencia de Gustavo Castagningo, vicepresidente de la Cámara, quien analizó los hechos y acuerdos sucedidos en el primer gran evento presencial mundial luego de casi dos años de pandemia en conversación con Noticias CEA:
¿Cuál es tu análisis general respecto a la COP 26?
Hay una gran discusión respecto a si esto va a ser un fracaso o un éxito. Yo no creo que vaya a ser ni una cosa ni la otra. Por un lado, ya han habido acuerdos como la reducción del 30% de emisiones de metano para el 2030, o la eliminación de la deforestación ilegal, incluso el compromiso de transición energética. Pero por el otro surge la pregunta de ¿quién financiará estos cambios?
Lo que termina pasando es que existen muchos compromisos pero no hay una manera de controlar que se cumplan los acuerdos. Lo ideal sería que hubiera una manera transparente de accountability para ver qué están haciendo los países. Pueden haber muchos acuerdos pero si no se logran hechos concretos respecto a cómo se va a controlar, monitorear y penalizar a los que no cumplan nos quedamos a mitad de camino.
¿Cuál es el camino para combatir efectivamente el cambio climático?
Hay dos aspectos claves en un camino exitoso contra el cambio climático, el 80% de la solución viene por esos dos lugares. Por un lado la eficiencia energética y por el otro la transición energética hacia las energías renovables.
Primer dato importante: sin las energías renovables la lucha contra el cambio climático es imposible, y la energía eólica tiene un papel fundamental en ese objetivo. Hay un consenso mundial de que debemos pasar del carbón y del petróleo a las energías renovables como solar y eólica, y lograr que la matriz energética esté compuesta casi en su totalidad por energías renovables.
Luego la eficiencia energética tiene que ver con la reducción de las emisiones de gas metano, y mucho de eso tiene que ver con revisar y controlar cómo funcionan las industrias gas intensivas y que no tengan pérdidas. Gran parte del gas metano que se emite tiene que ver con la filtración de gas de los gasoductos, entonces hay una parte muy grande que tiene que ver con mejorar los procesos actuales y evitar que haya generación de gases de efecto invernadero que respondan a falta de cuidado. También hay que revisar el gasto innecesario de energía con cosas más pequeñas como por ejemplo la temperatura en la que se usa el aire acondicionado.
¿Cuáles fueron las conversaciones o logros más importantes con respecto a las energías renovables en la COP26?
Yo creo que lo más importante es que hay consenso de que es inevitable que vayamos a una transición energética de los combustibles de origen fósil a energías renovables. Que la matriz energética esté ocupada cada vez más por energías renovables.
Por otro lado se habló de que han bajado los precios de las EERR lo que las vuelve cada vez más competitivas, y a su vez se acordó de que eventualmente se van a dejar de financiar exploraciones de petróleo.
La agenda verde está planteada, no hay duda de que para poder avanzar concretamente uno de los pilares es pasar de una matriz fósil a una matriz mayoritariamente renovable y ahí la energía eólica tiene un gran protagonismo que tomar. En Argentina todavía tenemos mucho que desarrollar en energía eólica onshore y lo que se ve en la COP26 es que el mundo está hablando de la construcción de parques offshore incluso con aerogeneradores flotantes y nuevas tecnologías a desarrollar.
Atado con eso está el tema del hidrógeno verde como nuevo combustible limpio. Varios países hablan de basar sus energías en hidrógeno verde e importarlo y eso es una oportunidad grande para países como Argentina que puede producir hidrógeno verde para exportar a mercados que van a necesitar.
A nivel mundial no hay duda de que sin las energías renovables, sobre todo la energía eólica, no hay éxito posible.
¿Cuáles son los pasos a seguir para Argentina luego de su participación en la COP 26?
Argentina está participando de las negociaciones, aumentó sus metas con respecto a gases de efecto invernadero, tiene planes para aumentar proyectos de energías renovables, reducción de emisión de gases, se sumó a los acuerdos de lucha contra la deforestación y más.
Latinoamérica en general tiene mucho para aportar porque es un gran reservorio natural que puede tomar carbono de la atmósfera y ser un gran filtro del planeta.
Argentina planteó algo interesante que es el canje de deuda por acciones climáticas.
Es disruptivo y tiene que ver con esto de quién financia la transición energética ya que los mayores responsables de que hoy estemos en la situación en la que estamos son los países desarrollados que contaminaron durante más de 100 años. Como idea no está mal pero hay que ver cómo se implementa.
A nivel país para poder avanzar con una mayor participación en la matriz energética hay que invertir en infraestructura.
Por ejemplo, en la última licitación de MATER hubo proyectos por 1400 MW y sólo se adjudicaron proyectos por 300 MW porque no hay más posibilidad de transporte y capacidad de evacuar esa energía. Falta transporte, líneas de transmisión, claramente falta infraestructura para que se siga desarrollando el sector y condiciones macroeconómicas estables. Hay que buscar que la promoción de las energías renovables sean políticas públicas que no dependan del cambio de gobierno porque son inversiones de muchos años y mucha plata que no pueden estar sujetos a cambios bruscos políticos y económicos que generen un clima de no inversión.
¿Cómo ves el rol de la sociedad en la lucha contra el cambio climático?
Hay una gran movilización de la sociedad en la lucha contra el cambio climático. En la convención, el rol de los jóvenes como Greta Thunberg o Jóvenes por el clima fue clave ya que participaban en las reuniones de oyentes con la consigna “let the young be seated”, es decir “dejen a los jóvenes sentarse” a escuchar y opinar sobre los diferentes acuerdos y temáticas.
La sociedad civil está muy movilizada y creo que son los grandes drivers o motores del cambio porque además son consumidores y demandan transparencia y neutralidad de carbono en los productos que consumen. No quieren más greenwashing por parte de las empresas.
El consumidor, las ONG, la sociedad civil, van presionando a los reguladores y gobiernos y se va armando un círculo virtuoso en el cual el cambio es posible.
Otra cosa importante es la gran demanda del sector corporativo respecto a las energías renovables y este gran motor de crecimiento de la presión de los consumidores e inversores respecto a cumplir con estándares que antes no se cumplían o no estaban en la balanza a la hora de invertir.
Entonces las empresas están muy necesitadas de cumplir con esos compromisos lo que genera una demanda importante de energías renovables que supera a la oferta. Nuestro objetivo como industria entonces debe ser generar esa oferta que falta con más parques y más proyectos de energía eólica que cumplan con esa demanda del sector corporativo y también de la sociedad.
El evento finalizó el 12 de noviembre pero la demanda mundial de reducción del cambio climático a 1,5° con respecto a la era preindustrial continúa. Desde el sector de las renovables se seguirá insistiendo con que no hay cambio posible sin transición energética a nivel mundial.